Papa Francisco: El trabajo forma parte del plan del amor de Dios y otorga dignidad

El pasado miércoles 1 de mayo ante más de 70 mil fieles, en la Plaza de San Pedro, el Obispo de Roma pidió una opción decidida contra la trata de personas y el trabajo que esclaviza. Y haciendo hincapié en la dignidad humana de los trabajadores e invitando a la solidaridad, se dirigió también en particular a los responsables de la cosa pública. En su catequesis central en italiano, Francisco se detuvo sobre san José obrero y la Virgen María «dos figuras tan importantes en la vida de Jesús, de la Iglesia y en nuestra vida».

Tras recordar que «Jesús entra en nuestra historia, naciendo de María por obra de Dios, pero con la presencia de san José, el padre legal que lo custodia y también le enseña su trabajo», el Santo Padre destacó una vez más que «el trabajo forma parte del plan de amor de Dios: ¡nosotros estamos llamados a cultivar y custodiar todos los bienes de la creación y de este modo participamos en la obra de creación! El trabajo es un elemento fundamental para la dignidad de una persona».

TEXTO COMPLETO DE LA CATEQUESIS EN ESPAÑOL:

Queridos hermanos y hermanas:
Hoy, primero de mayo, fiesta de san José obrero e inicio del mes dedicado a la Virgen María, deseo reflexionar sobre dos ideas. La primera sobre el trabajo. En el evangelio, Jesús es conocido como «el hijo del carpintero». En el taller de Nazaret, comparte con san José el esfuerzo, el cansancio, los problemas de cada día, así como también la satisfacción. El trabajo forma parte del plan del amor de Dios y otorga dignidad a la persona. No dejo de pensar en las dificultades que tienen no pocos países en el ámbito laboral. Pido a todos que, en la medida de sus responsabilidades, se esfuercen por crear puestos de trabajo y dar esperanza a los trabajadores. San José, que vivió momentos difíciles y puso su confianza en Dios, que no abandona, interceda por todos los trabajadores del mundo.

Deseo referirme también a la actitud de María y José ante Jesús. Ellos acompañan y protegen con ternura el crecimiento del Hijo de Dios, sabiendo conservar y meditar en su corazón todas las cosas. Para escuchar al Señor, es necesario contemplarlo, percibir su presencia, dialogar con Él, sacar tiempo para la oración. En este mes de mayo, recuerdo la importancia y la belleza de la oración del Rosario. Con su recitación, meditamos los momentos centrales de la vida de Jesucristo, tratando de que Él sea el centro de nuestros pensamientos, atenciones y acciones.

Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española, en particular a los grupos provenientes de España, Argentina, Costa Rica, Perú, Chile, México y los demás países latinoamericanos. Pidamos a san José y a la Virgen María que nos enseñen a ser fieles en nuestro trabajo cotidiano y a afrontar con fe las vicisitudes de cada día. Muchas gracias.

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