Muchos son los que han mirado el calendario al revés. Los días no pasaban, “iban quedando menos…”. El ser humano es feliz esperando y recorriendo un camino junto a otros. Junto a hermanos. Podemos aprovechar la espera para limpiar manchas que se van acumulando a lo largo del año. Cada año serán las mismas y muchas estarán ahí desde hace un año. Con la experiencia, vamos sabiendo qué es lo más efectivo en esa limpieza. Mucho es lo que puede aprenderse de bricolaje -en el interior, por supuesto- en cuarenta días.
Parece que la cuenta atrás ha finalizado. Sin que sirva de precedente, se comenzarán a contar los días hacía delante. Sólo por siete días. Durante una semana cuadraremos nuestra agenda para cumplir con nuestras obligaciones en la familia y en el trabajo y, además, buscar pequeños momentos en la calle -por donde pasamos todos los días- que nos servirán de meditación. “Voy a ver la hermandad … en la calle … a las … (horas)”. Y así, hora tras hora, hasta completar siete tardes.
Esta semana nos servirá para descubrir que, a pesar de lo ocupados que estamos a diario, cuando queremos, tenemos tiempo para lo importante. Tan sólo hace falta tener un plan para cada día y vivir como únicos cada Lunes, cada Martes, … ¡cada Domingo! De esa manera, cada semana del año será una Semana Santa.
¡Feliz Semana Santa a todos!